Karate en el Río de la PlataEntrevista al monje zen y maestro de karate Zenko Heshiki, realizada por José Aldorisio y
publicada originalmente en la revista Judo Karate, edición de mayo de 1976,
bajo el título "La Hora de los dojos en serio".
En ella, Heshiki plantea su visión, de ese entonces, acerca temas como
la verdadera esencia del karate, los torneos y la adopción del arte en occidente y
en el Río de la Plata en particular.
Este permanente ir y venir a la cuna del karate y su larga trayectoria como profesor, lo convierten en un valioso observador de la evolución de este arte marcial tanto en occidente como en oriente.
Y es precisamente esta amplia recepción que brindó occidente a las disciplinas marciales, la que obligó a los mismos profesores orientales a una revisión y profundización del arte de su país. El alumno busca y exige, y su maestro debe estar en condiciones de ofrecer lo que se le pide. Para eso está al frente de un dojo. "En mi caso particular tengo estudiantes porque quiero seguir aprendiendo".
LAS VERTIENTES DEL ZEN |
El karate tiene una gran influencia de la doctrina Zen, y es precisamante esa confluencia la que abre el camino hacia el perfeccionamiento humano y en última instancia, hacia un mundo mejor. Sin embargo, para Heshiki existen varios conceptos esenciales, en el aprendizaje de este arte marcial que han llegado totalmente deformados. Uno de ellos y quiza el más común, es la idea del karate como mano vacía, es decir, sin armas. Esta es una interpretación pragmática de algo que en realidad simboliza a "la mano que emana del vaquo", un ![]() Heshiki haciendo zazen
DOLARES Y TORNEOS Planteada la conversación en estos términos, la pregunta acerca de los torneos y en particular de los profesionales que se disputan en varios países, se hace inevitable. Opositor decidido a todo tipo de competencias, Heshiki, cuenta que el karate estadounidense está atravesando una segunda etapa. En un principio el aspirante fue en busca de fortalecerse en la pelea, pero con el tiempo se dio cuenta que más allá de los tsukis había algo más importante que no esperaba hallar.Muchos cinturones negros ya han comprendido que el competidor tiene un límite temporal y que cuando abandonan los estadios no encuentran fundamentos reales, para lo que están haciendo. El torneo, en última instancia “es una forma de justificar su trabajo"; pero íntimamente saben que es una raíz anémica la que poseen. De ahí que el karate profesional, que tuvo su momento de esplendor, “se esté derrumbando. Ya llegó la hora de los dojos en serio". Argentina, a criterio de Heshiki, está en una etapa previa y debe pasar por los torneos para llegar al estado de depuración.
—Sin embargo, a fines de 1974, en un importante torneo internacional en Filipinas, participó un equipo okinawense?
—Lo ignoro.
—Según lo visto en Buenos Aires. ¿qué impresión se lleva del karate que se practica?
—Hace algo más de diez años, cuando partí hacia Estados Unidos, pensaba que el argentino iba a tener serias dificultades en el aprendizaje de este arte, especialmente por su multifacética tradición cultural y su tendencia a lo emocional. Pero ahora veo que superó muy bien los escollos y se aproxima correcta y rápidamente al verdadero sentido del karate.
—¿Piensa volver a nuestro país?
—Pienso viajar periódicamente para ver a mi familia y trabajar junto a mi amigo Akamine, homogeneizando técnicas e intercambiando ideas.
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